Debido a que Venezuela y Colombia son países fronterizos existe
la opción de viajar de un país para el otro por vía terrestre cosa que a mi en
lo particular me encanta hacer porque pienso que el viajar por carretera le
permite a uno observar a través de la ventana del vehículo todos los paisajes
bonitos y no tan bonitos que están presentes en el trayecto del viaje mientras
que, cuando se toma un vuelo, solo conoces el lugar de partida y el de llegada
porque en el trayecto lo único que puedes ver a través de la ventanilla son
nubes y mas nubes.
Desde hace algún tiempo tenía muchos deseos de conocer la ciudad
de Bogotá, pero muchas personas me hablaron maravillas de la ciudad de
Cartagena y cuando la busqué por internet me di cuenta de que tenían mucha
razón en recomendármela así que, me puse en contacto con dos amigas que también
estaban deseosas de hacer éste viaje y nos fuimos al terminal del Big Low
Center de Valencia en la oficina de transporte de autobuses expresos Amerlujo a
comprar los pasajes para viajar hasta Cartagena de Indias. Aparte de Amerlujo
está la oficina de autobuses expresos Brasilia ubicada justamente al lado de
Amerlujo y también se puede viajar en sus buses hasta Colombia. Éstos buses por
lo general salen de noche y toman la frontera entre Venezuela y Colombia por el
estado Zulia. Partimos de la ciudad de Valencia un sábado en la noche para un
largo viaje de aproximadamente 26 horas porque realizamos cinco paradas; una en
Maracay y otra en Caracas a recoger mas pasajeros, una en la frontera, otra en
Santa Marta y la última en Cartagena.
Luego de haber pasado el puente Rafael Urdaneta de Maracaibo el
bus hizo una pequeña parada en una zona en donde solo se veía carretera y monte
no se para que, yo estaba dormida y al detenerse el bus me desperté y, como iba
sentada en el segundo piso del bus y en el primero de todos los asientos, pude
observar en la ventana delantera uno de los espectáculos naturales mas bellos
en el Zulia, el Relámpago del Catatumbo que se trata de un fenómeno natural que
se produce en la cuenca del Lago de Maracaibo y consiste en una serie de
relámpagos que se pueden ver de forma repetida y sin parar durante la noche.
Fue muy bonita esta experiencia porque siempre había escuchado habler de éste
relámpago y la verdad es que no esperaba verlo en éste viaje así que fue una
bendición el que ese chofer se haya detenido a altas horas de la noche por unos
15 minutos aunque todavía desconozco las razones por las cuales lo hizo, pero
de seguro fue para revisar algún desperfecto del bus. La verdad no es muy
recomendable hacer estas paradas a altas horas de la noche y menos en un sitio
tan solitario como éste debido a que se corre el riesgo de ser sorprendido por
delincuentes que aprovechan éstas paradas para hacer de las suyas, pero para mi
ésta parada fue una bendición que me permitió de forma inesperada conocer al
famoso relámpago. Ya siendo de día y estando en la vía de Maracaibo-Paraguachón
para llegar hasta La Raya están ubicados en varios puntos la Guardia Nacional
venezolana en donde por lo general el bus hace una parada supuestamente para
que ellos revisen el equipaje de los pasajeros y chequeen que todo esté en
órden, pero como revisar cada una de las maletas implica demorar mas el viaje,
entonces el chofer del bus le pide a cada uno de los pasajeros una pequeña
colaboración monetaria para reunir el dinero suficiente que piden los guardias
para no revisar el equipaje. Por supuesto esta situación es incómoda para los
pasajeros debido a que son varios puntos de la zona fronteriza en donde están
ubicados éstos guardias sin embargo, es la mejor forma de hacer menos largo un
viaje de mas de 20 horas.
Una vez en la Raya los pasajeros del bus deben desocuparlo para sellar el pasaporte en territorio venezolano y luego caminar hacia el lado colombiano para sellar el pasaporte en territorio colombiano mientras el bus pasa a Colombia sin pasajeros porque es una norma para pasar hacia allá. La verdad es que la experiencia de sellar el pasaporte en Colombia no fue muy grata que dijéramos porque llegamos a La Raya siendo un poco mas de las 11 de la mañana cuando el Sol estaba mas fuerte que nunca y como éramos muchos los que viajábamos a la hermana República la cola para sellar el pasaporte era interminable y la oficina para sellar dicho documento muy pequeña para que todos cupiéramos allí. Por ésta razón y como yo andaba en compañía de dos amigas decidimos turnarnos para hacer la cola así que mientras una de nosotras se quedaba guardando el puesto de las otras dos, éstas aprovechaban de ir a comer o de ir a la casa de cambio llamada El Dólar para efectuar el cambio de Bolívares a Pesos Colombianos. En este lugar hay diferentes establecimientos para comer y aparte de la casa de cambio hay personas en la calle también haciendo cambio de Bolívares en Pesos Colombianos y viceversa.
Después de dos largas horas haciendo la cola para sellar el pasaporte tuvimos que esperar a un bus de Brasilia porque el bus de Amerlujo en el que viajábamos se accidentó al pisar suelo colombiano por eso y por las horas para sellar pasaporte es que éste viaje que estaba pautado para hacerse en 20 horas se extendió a 26. Al llegar el bus de Brasilia inmediatamente se pasaron las maletas de un bus al otro y los pasajeros nos montamos rápidamente porque ya estábamos algo atrasados. La primera ciudad costera de Colombia en donde el bus se detiene para dejar a sus pasajeros en el terminal es Santa Marta, pero antes de llegar al terminal de ésta ciudad el bus hace una parada en un restaurante para que los pasajeros almuercen ahí situado frente al Parque Tayrona y antes de llegar a ese restaurante pasamos por la Guajira colombiana en donde los paisajes que se ven en el camino son muy naturales y relajantes. Después de Santa Marta la próxima parada es en el terminal de buses de la ciudad de Barranquilla y finalmente cuando ya es de noche por fin en Cartagena.
Al bajarnos del bus en el terminal de Cartagena y apenas nos entregaron nuestro equipaje buscamos un taxi para que nos llevara a un hotel que desde Venezuela lo ubicamos por internet y nos gustó debido a su ubicación y a sus económicos precios cosa que es un poco difícil de encontrar en Cartagena por tratarse de una de las ciudades mas caras de Colombia.
Una vez en la Raya los pasajeros del bus deben desocuparlo para sellar el pasaporte en territorio venezolano y luego caminar hacia el lado colombiano para sellar el pasaporte en territorio colombiano mientras el bus pasa a Colombia sin pasajeros porque es una norma para pasar hacia allá. La verdad es que la experiencia de sellar el pasaporte en Colombia no fue muy grata que dijéramos porque llegamos a La Raya siendo un poco mas de las 11 de la mañana cuando el Sol estaba mas fuerte que nunca y como éramos muchos los que viajábamos a la hermana República la cola para sellar el pasaporte era interminable y la oficina para sellar dicho documento muy pequeña para que todos cupiéramos allí. Por ésta razón y como yo andaba en compañía de dos amigas decidimos turnarnos para hacer la cola así que mientras una de nosotras se quedaba guardando el puesto de las otras dos, éstas aprovechaban de ir a comer o de ir a la casa de cambio llamada El Dólar para efectuar el cambio de Bolívares a Pesos Colombianos. En este lugar hay diferentes establecimientos para comer y aparte de la casa de cambio hay personas en la calle también haciendo cambio de Bolívares en Pesos Colombianos y viceversa.
Después de dos largas horas haciendo la cola para sellar el pasaporte tuvimos que esperar a un bus de Brasilia porque el bus de Amerlujo en el que viajábamos se accidentó al pisar suelo colombiano por eso y por las horas para sellar pasaporte es que éste viaje que estaba pautado para hacerse en 20 horas se extendió a 26. Al llegar el bus de Brasilia inmediatamente se pasaron las maletas de un bus al otro y los pasajeros nos montamos rápidamente porque ya estábamos algo atrasados. La primera ciudad costera de Colombia en donde el bus se detiene para dejar a sus pasajeros en el terminal es Santa Marta, pero antes de llegar al terminal de ésta ciudad el bus hace una parada en un restaurante para que los pasajeros almuercen ahí situado frente al Parque Tayrona y antes de llegar a ese restaurante pasamos por la Guajira colombiana en donde los paisajes que se ven en el camino son muy naturales y relajantes. Después de Santa Marta la próxima parada es en el terminal de buses de la ciudad de Barranquilla y finalmente cuando ya es de noche por fin en Cartagena.
Al bajarnos del bus en el terminal de Cartagena y apenas nos entregaron nuestro equipaje buscamos un taxi para que nos llevara a un hotel que desde Venezuela lo ubicamos por internet y nos gustó debido a su ubicación y a sus económicos precios cosa que es un poco difícil de encontrar en Cartagena por tratarse de una de las ciudades mas caras de Colombia.
Los taxistas en Cartagena son muy amables como toda su gente y
el terminal de buses de esa ciudad está un poco retirado de Bocagrande, una de
las zonas mas turísticas de Cartagena sin embargo, no tan lejos como para no
llegar en menos de unos 30 minutos. El hotel en donde nos hospedamos es el Hotel
Pueblito Playa nada lujoso, pero con una atención de primera y con sus
servicios básicos de habitación con baño, TV por cable, aire acondicionado,
cómodas camas, nevera y una vista desde sus ventanas de la playa de Bocagrande,
bastante bien para mi y creo que para mis amigas también. El servicio nos
incluía el desayuno, así que siempre desayunábamos ahí antes de salir a pasear.
Este hotel está situado en la avenida principal de San Martín en el barrio de
Bocagrande en donde se encuentran diferentes locales de comida, entre ellos el
famoso Café Juan Valdés para ir a merendar, hay hoteles bastante lujosos y
modernos también en esta exclusiva zona de Cartagena, tiendas de ventas de ropas,
zapatos y además en este lugar se toman las famosas Chivas Rumberas de
Cartagena y las hermosas carretas de caballos, las cuales el turista utiliza
para recorrer esta bellísima ciudad. Otra de las ventajas de éste hotel es que
a cinco minutos está, en su parte trasera, la playa de la espectacular bahía de
Cartagena y a 5 minutos en taxi del casco histórico de esa ciudad, el casco
histórico mas bello que he visto en mi vida.
Luego de un viaje tan largo y de ser recibidas como reinas en el
hotel Pueblito Playa decidimos salir a
caminar un rato por Bocagrande y a comernos unas pizzas justo frente a Café
Juan Valdés. El local muy bueno y su comida también, pero solo duramos una media
hora allí y nos fuimos al hotel para despertarnos con energías suficientes y
dispuestas a recorrer la ciudad al siguiente día. El primer lugar turístico que visitamos por
recomendación de uno de los taxistas fue el cerro La Popa en donde está ubicado
un convento con ese mismo nombre y desde donde se puede apreciar, por su
altura, una maravillosa vista de la ciudad de Cartagena de Indias. Luego nos
dirigimos al Castillo San Felipe de Barajas, una fortificación que fue
construída en la época colonial y que por su belleza e historia se ha
convertido en un lugar obligatorio para los visitantes de Cartagena.
Finalizamos nuestro tour de día por el precioso casco histórico o ciudad
amurallada declarado por la Unesco en 1984 Patrimonio de la Humanidad y con
toda la razón porque solo el que ha visitado este lugar sabe que cada
edificación de la ciudad amurallada es una verdadera joya arquitectónica de la
época colonial. Por las tardes salíamos a merendar al Café Juan Valdés y a
caminar por la bahía de Cartagena en Bocagrande para mi, éstos paseos en la
tarde son 100% recomendables y en las noches hacíamos de todo un poco por
ejemplo, en la segunda noche nos subimos a la Chiva Rumbera que es un autobús
muy colorido que se toma en Bocagrande y lleva a los turistas a recorrer parte
del Barrio de Bocagrande y parte de la casco histórico de una forma muy
divertida contando con la presencia de un trío de música vallenata, el chofer y
una animada guía que se encarga de entretener a los pasajeros con bailes y
juegos. Además el viaje incluye bebida, comida (una arepa rellena con carne y huevo)
y una última parada en una discoteca en donde todos bailan hasta altas horas de
la noche.
Otro paseo que nadie se debe perder en Cartagena de Indias y que
también se hace de noche es el del carruaje o carreta con caballos. Mis amigas
y yo lo tomamos en Bocagrande y éste nos llevó a pasear por la hermosa Bahía de
Cartagena que de noche es mas bella aun hasta llevarnos a recorrer las
preciosas calles coloniales del casco histórico de ésta ciudad. Es un paseo
único que transporta a la época colonial y hace que el turista disfrute de una
experiencia muy bonita mientras se puede observar la belleza que muestra la
ciudad amurallada en las noches con un significativo movimiento de personas
caminando, tomándose un café, disfrutando de una buena comida o simplemente de
una buena compañía en cualquiera de sus restaurantes, discotecas o cafés. Debo
aclarar que en Cartagena los vendedores son muy insistentes así que si uno no
está interesado en comprarles nada lo mejor es responderles no, gracias porque
de lo contrario, siguen insistiendo hasta lograr que termines compándoles algo.
De resto mi experiencia en Cartagena fue inolvidable su bahía, sus cafés, sus
bellas calles coloniales, su gente, todo en esta ciudad me gustó y deseo
volverla a visitar muy pronto y me disculpan porque las fotos no le hacen
justicia a la belleza del lugar.
Castillo San Felipe de Barajas
Casco Histórico de Cartagena
Casco Histórico de Cartagena
Chiva Rumbera
Carruaje
Casco Histórico de noche
Después de haber pasado unos días tan felices en Cartagena nos
trasladamos a la ciudad de Barranquilla tomando el bus desde el terminal de
Cartagena en un recorrido de aproximadamente dos horas. Quisimos visitar las
principales ciudades de la costa colombiana porque cuando estuvimos en
Cartagena preguntamos cuanto se demoraba un bus desde esa ciudad hasta Medellín
y nos respondieron que 12 horas y hasta Bogotá 24 horas así es que preferimos
dejar esas dos ciudades para una próxima visita a la hermana República e irnos
a las mas cercanas. Llegando al terminal de Barranquilla no sabíamos
exactamente a donde ir porque no conocíamos ningún sitio turístico de ahí y,
como solo íbamos a permanecer un día el taxista nos sugirió hospedarnos en la
zona norte de la ciudad y visitar sus centros comerciales. La verdad es que
cuando dispones de un solo día en una ciudad no es mucho el tiempo para
conocerla toda, pero por lo menos los sitios mas visitados si y pasamos de la
zona sur que no me pareció muy atractiva a la zona norte en donde se encuentran
las urbanizaciones mas exclusivas de Barranquilla y los mejores y mas
exclusicos centros comerciales. Visitamos el centro comercial Único, muy
sencillo, pero con gran variedad de tiendas y luego tomamos otro taxi para
llegar a la parte mas alta de Barranquilla en la misma zona norte desde donde
se pueden apreciar unas espectaculares vistas de la ciudad y visitar uno de sus
mas grandes y modernos centros comerciales, el centro comercial Buenavista.
Allí pasamos toda la tarde recorriéndolo y aprovachamos para merendar porque
los taxistas nos recomendaron no salir de noche por la zona cercana al centro
comercial Único cerca del hotel en donde estábamos hospedadas porque no era muy
seguro. De manera que cuando salimos del Buenavista nos dirigimos directamente
al hotel para partir al siguiente día a Santa Marta.
Definitivamente Santa Marta era nuestro último destino en
Colombia y depués de viajar por un período de unas dos horas desde Barranquilla
en un bus de Brasilia llegamos al terminal de ésta bella ciudad con muchos
lugares interesantes que conocer, entre ellos, su centro histórico hacia donde
nos llevó el taxista con nuestro equipaje para ubicar un hotel que saliera
económico, así es que el propio taxista nos recomendó uno que está muy cerca de
la catedral de Santa Marta de una edificación vieja, pero bien conservada y con
una muy buena atención y desayuno incluído, nos llevó hasta allá, nos ayudó con
nuestro equipaje y de paso esperó por nosotras para llevarnos a uno de los
paraísos mas concurridos de esa ciudad, El Rodadero. Ésta famosa playa de Santa
Marta está rodeada de grandes edificios que funcionan como hoteles y otras
edificaciones como centros comerciales, en la playa siempre hay mucho
movimiento de turistas, vendedores ambulantes y los lancheros que le ofrecen al
visitante un recorrido en lancha para conocer paradisíacas playas como Playa
Blanca con aguas cristalinas y blancas arenas que la convierten en una de las
mas visitadas además de tener un acuario privado muy cerca en el cual se debe
pagar entrada para entrar y disfrutar de sus instalaciones. Al igual que en
Barranquilla mi estadía en Santa Marta fue muy corta y por ésta razón solo di
un pequeño paseo para conocer éste sitio y regresar al centro histórico en
donde caminamos por sus bellísimas calles de casas coloniales, el Parque Simón
Bolívar y su lindísima bahía catalogada como la mas bella de América Latina.
Precisamente una de las actividades turísticas que mas disfruté en la ciudad
mas antigua de América del Sur fue haber caminado por su espectacular bahía es
muy hermosa y recorrerla en las tardes es muy relajante, además los atardeceres
son increíbles en éste lindo lugar, muchas personas vienen a visitarla, se
toman fotos en ella, incluso se bañan en sus tranquilas aguas y algunos se
deleitan en los bares discotecas, cafés y restaurantes cercanos a la bahía.
Espero un pronto regreso a Colombia, un país que me encantó por
su gente y sus preciosos lugares.
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