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sábado, 29 de agosto de 2015

Recorriendo Sucre en una semana.



Recorrer Venezuela por vía terrestre se ha convertido en una de mis actividades preferidas en lo que a turismo se refiere y, más aun, si esos recorridos se hacen a través de excursiones organizadas que incluyen el traslado desde la ciudad de origen hasta el destino final en un cómodo bus con aire acondicionado, el hospedaje, la comida y los recorridos a los sitios turísticos que se desean visitar por diversas razones, una de ellas es porque mientras uno viaja en estos buses esta evadiendo la responsabilidad de conducir un vehículo durante tantas horas y estar muy pendiente de la vía sobre todo si no se conoce bien o nunca se ha transitado lo cual genera mucho agotamiento no solo para uno sino para el carro además,  permite apreciar mejor los paisajes que se pueden observar a través de la ventana mientras el bus recorre las carreteras, disfrutar de la compañía de esa o esas personas que nos acompañan en el viaje y, como si todo eso fuera poco,  nos da la oportunidad de conocer a otras personas que se convierten en compañeros de viaje que uno no eligió,  pero que seguramente  harán más grata esta interesante actividad turística.
En mi caso ya llevo varios recorridos por Venezuela con excursiones organizadas que por lo general me incluyen solo los traslados y el hospedaje porque normalmente decido viajar con una persona que organiza este tipo de paseos que no incluyen la comida, pero que por ventaja la tengo muy cerca de mi casa y no necesito trasladarme a otra ciudad o municipio para tomar el bus que me llevará al destino elegido sino que lo tomo cerca de mi hogar y de regreso también me deja cerca de el, pero yo particularmente recomiendo siempre escoger paquetes turísticos o excursiones que incluyan la comida para no tener que improvisar con algo tan importante como lo es nuestro plan de alimentación mientras nos encontramos fuera de casa. Esta vez me fui de viaje durante una semana al estado Sucre a disfrutar una vez más de sus incomparables bellezas naturales, su rica comida y la amabilidad de su gente así que le recomendé a una de mis mejores amigas que viajara conmigo en esta excursión porque desde hacía ya algún tiempo que no disfrutaba de su grata compañía en un viaje de tantas horas y porque además deseaba que ella conociera las paradisíacas playas de Sucre y muchas otras maravillas que nos esperaban en este hermoso recorrido por el oriente venezolano. El primer día que fue un domingo llegamos a la ciudad de Cumaná para visitar algunos de sus principales atractivos entre lo cuales se encuentra el Castillo San Antonio de la Eminencia que yo particularmente sugiero visitarlo en horas de la tarde y, preferiblemente, cuando ya se está ocultando el Sol y se pueda apreciar un hermoso atardecer y una agradable vista de la ciudad con el mar incluido debido a que esta vez por razones de horario y organización de la excursión nos tocó visitarlo al mediodía soportando las altas temperaturas de aquel lugar y con el cansancio de haber viajado durante muchas horas desde Valencia hasta Cumaná. Otro de los lugares que intentamos visitar ese día fue el Museo Gran Mariscal de Ayacucho el cual, por ser domingo, lo abrían al público a las 2 de la tarde y no logramos entrar porque debíamos continuar nuestro camino hacia Carúpano ciudad en la que nos hospedaríamos. También intentamos entrar a la Casa Natal de Andrés Eloy Blanco convertida en museo para que el visitante conozca un poco más de la vida del célebre poeta cumanés sin embargo, la plaza ubicada al frente de este museo se encontraba en obras de reconstrucción y por lo tanto tampoco estaba abierta al público. Finalmente decidimos ir a almorzar al centro comercial Marina Plaza, uno de los mas frecuentados en la capital del estado Sucre, pero por falta de energía eléctrica la mayoría de los establecimientos estaban cerrados. ¿Qué les puedo yo decir de todo esto? En comparación con el año pasado que tuve la oportunidad de conocer todos los sitios que les mencioné en Cumaná este año me decepcionó mucho la ciudad por muchas razones; un lugar como el Castillo San Antonio de la Eminencia, por ejemplo, debería de tener al menos, un local que funcionara como cafetín donde ofrecieran agua, jugos, refrescos y, ¿por qué no? Algún alimento porque las temperaturas allí son muy altas y además una gran parte del castillo hay que recorrerla a pie en subidas así que cualquier persona que lo visite puede llegar a sufrir de un desmayo, cansancio o debilidad y siempre es bueno en estos casos tener cerca una bebida o comida que reponga nuestras energías para disfrutar de los atractivos del castillo. Otra de las observaciones que debo hacer con respecto a la ciudad es que la noté bastante descuidada comparado a lo que vi hace un año y con respecto al centro comercial Marina Plaza que es uno de los más visitados en la capital del estado Sucre y para mi, el más hermoso que tiene esa ciudad, el no contar con planta eléctrica para cuando falla la electricidad definitivamente le baja muchos puntos, pero, aun así, es un sitio encantador por su marina, su variedad de locales comerciales y porque desde allí también se llegan a mirar unos atardeceres preciosos. Como ese día no pudimos almorzar en el centro comercial nos fuimos a San Antonio del Golfo en donde mi amiga Karine y yo nos comimos un asopado que no era la gran cosa, pero tenía buen sabor para luego pasear un rato por el malecón y fotografiar el sitio mientras esperábamos a que los otros compañeros de la excursión terminaran de comer y montarnos nuevamente en el bus que iba hacia Carúpano, lugar en donde nos hospedaríamos. Finalmente llegamos al hotel Paradise situado en pleno centro de Carúpano del cual debo confesar que aunque no es un hotel de lujo sus habitaciones son amplias, limpias y con todas sus comodidades incluyendo nevera y hasta microondas en algunas de ellas. Del centro de Carúpano solo puedo decir que frente al hotel hay un centro comercial con supermercado y feria de comida incluidos, diferentes agencias de bancos con telecajeros automáticos y una muy buena variedad de farmacias, locales comerciales de ventas de ropa y zapatos y, panaderías entre las cuales recomiendo una de nombre Centro Chaceca en donde se encuentran diversidad de productos, deliciosos dulces los cuales mi amiga Karine y yo tuvimos la suerte de degustar acompañados de unos ricos cafés en dos oportunidades y un ambiente acogedor con la mas buena de las atenciones
En el Castillo San Antonio de la Eminencia.
En San Antonio del Golfo.
El segundo día nos dirigimos a una de las playas más paradisíacas en mi hermosa Venezuela. Les hablo nada menos que de Playa Medina, una playa tropical con muchos cocoteros, lindas cabañas para el hospedaje, variedad de restaurantes, aguas tranquilas de color esmeralda y rodeada por la exótica vegetación de la península de Paria. Definitivamente un paraíso que todo venezolano debería visitar al menos una vez en su vida. Al llegar a Medina no podía faltar las mejores tomas de fotos para inmortalizar la belleza del lugar, alquilar un toldo para protegernos del Sol y a disfrutar del bello día que ahí nos esperaba. Tan solo era mi segunda vez ahí y les confieso que ni me acordaba de lo fría que es el agua, pero igual me sumergí hasta que ya luego ni pensé en lo fría que estaba esa agua sino en lo afortunada que era de estar una vez más en un sitio tan mágico como ese. Mientras permanecí con mi amiga y otros acompañantes en el toldo que alquilamos en Medina pasó una señora muy mayor vendiendo unas ricas conservas y una de las compañeras que compartió habitación de hotel y de toldos en las diferentes playas que visitamos nos comentó que esa señora era un personaje muy popular en Playa Medina y que incluso la había visto en un programa de televisión además, la señora de las conservas nos comentó que la habían retratado para salir en vallas publicitarias en el aeropuerto internacional Simón Bolívar entre otros lugares de la geografía venezolana por lo tanto, decidimos tomarnos fotos con ella y luego me puse a buscar información acerca de esta señora en google por medio del internet del celular y me conseguí con que la vendedora de conservas más popular que tiene Playa Medina se llama Eulogia, pero que todos la apodan La Cachupina de Playa Medina y que además ha sacado adelante a 11 hijos que son profesionales gracias a sus conservas de coco. Interesante, ¿No?
En Playa Medina.
Con la Cachupina de Playa Medina.
El tercer día fuimos a uno de los atractivos turísticos más conocidos en el oriente de Venezuela que es el Parque Nacional Mochima del cual les confieso que es mi tercera visita al mismo con el habitual paseo en lancha en el que los lancheros te seducen con la ilusión de que probablemente encontrarás delfines durante el mismo, pero que si supuestamente no vas temprano en la mañana ya no los puedes ver y como yo nunca he podido llegar a Mochima a esas horas tempraneras en las que supuestamente observas a los delfines en el mar pues ha sido imposible observar a tan preciosos animales. De Mochima solo les digo que tiene una interesante mezcla de montaña y lindas playas con aguas de color turquesa sin embargo, los almuerzos los encontré bastante costosos en comparación con los de Playa Medina y las demás playas que visité en Sucre seguramente porque Mochima es el lugar de mayor actividad turística en esa parte de la geografía venezolana y todo allí funciona como un gran comercio. Les recomiendo la piña colada que venden en Playa Blanca del Parque Nacional Mochima. Otra recomendación que les hago es que si van a Mochima busquen hospedaje en Cumaná o en el mismo pueblo de Mochima porque para nosotros que estábamos hospedados en Carúpano se nos hizo muy largo el viaje (2 horas y media) y, como consecuencia llegábamos muy agotados al hotel, pero si van a visitar playa Medina o playa Puy Puy si les recomiendo hospedarse en Carúpano, en Río Caribe o en alguna de las cabañas o posadas que se encuentran dentro de las mismas playas.
Mochima.
Atardecer en Cumaná desde el centro comercial Marina Plaza.
La playa que visitamos en el cuarto día situada también en la hermosa península de Paria es una playa que, aunque ya la había oído nombrar muchas veces, no la conocía. Esa playa se llama Puy Puy y la verdad es que quienes me la recomendaron por su gran belleza no se equivocaron porque a pesar de tener un fuerte oleaje no es muy profunda, tiene preciosas palmeras muy parecidas a las de playa Medina, cuenta con un servicio de hospedaje en unas bellas cabañas de los mismos dueños de las cabañas de Medina y un restaurante exclusivo para quienes se hospedan en dichas cabañas y, además, es zona protectora de tortugas marinas. La playa Puy Puy tiene una energía muy especial y la verdad es que me gustó mucho, pero también debo hacer algunas críticas sobre esta playa como, por ejemplo, que para comer en ella no existe mucha variedad, de hecho, algunos de los que andábamos en la excursión caminamos hasta el final de la bahía para conseguir otro lugar en donde almorzar un rico plato de pescado frito con arepas, patacones y ensalada. Este lugar del cual les hablo es una humilde casa de familia que alguien nos recomendó muy cerca de unas posadas ya que, el único restaurante situado al lado de las cabañas solo ofrecían almuerzos para quienes se hospedaban en las mismas. Por otra parte la vía terrestre que conduce hacia Puy Puy no está en muy buen estado, pero si se puede transitar y realmente aunque la vía no se encuentre en la mejor de las condiciones y la playa esté un poco retirada bien vale la pena visitarla al menos una vez para conocerla y disfrutarla.
En playa Puy Puy.
El quinto día lo empleamos para viajar nuevamente desde Carúpano hacia la ciudad de Cumaná para llegar al terminal de ferrys en esa ciudad y embarcar en unas lanchas que los lugareños llaman "Tapaítos" por tener un techo que las cubre por completo y llegar a la península de Araya. El boleto para viajar en los "Tapaítos" tiene un costo de 50 Bs. por persona adulta, los niños y los adultos mayores tienen un precio especial,  pero desconozco de cuanto es y desde el terminal de ferrys en Cumaná hasta el muelle de Manicuare se demora unos 15 minutos aproximadamente navegando. Luego, al llegar a Manicuare, hay que caminar hacia una parada en donde se debe tomar una camioneta que funciona como transporte público por un costo de 30 Bs. por persona que traslada a los pasajeros en unos 15 minutos hacia la playa El Castillo en donde todos los que viajamos en la excursión decidimos pasar el día. En mi caso esta fue mi segunda vez en playa El Castillo llamada así por tener como principal atractivo a La Real Fortaleza de Santiago de Arroyo de Araya, mejor conocido como el castillo de Araya y se trata de un castillo en ruinas que  fue construido por los españoles para defender las salinas de Araya de las incursiones holandesas. Se dice que el castillo de Araya fue la primera fortaleza militar construida en Venezuela, la verdad es que yo no lo se con exactitud,  pero lo que si se es que es una de las grandes bellezas que posee esta península de áridos paisajes y lindas playas, entre ellas, la playa El Castillo. En esta playa se pueden alquilar toldos que sinceramente recomiendo hacerlo porque no hay palmeras ni alguna otra cosa que proteja de los fuertes rayos de Sol arayense y las mismas personas que alquilan los toldos también ofrecen servicio de comida, en especial, almuerzos que pueden incluir desde una sencilla sopa de pescado hasta un plato con tostones, ensalada, arepas y pescado frito con bebida por precios razonables. Como estábamos tan lejos del hotel debíamos regresar a mas tardar a las 4 de la tarde al terminal de ferrys en Cumaná así que tuve el tiempo justo para tomarme fotos en el Castillo, caminar en la orilla de la playa que es una de las actividades que mas disfruto hacer cada vez que visito una, comer y bañarme un rato en sus frías, pero relajantes aguas.
En el castillo de Araya. 
Playa El Castillo.
Las Aguas de Moisés fue el destino que visitamos en el sexto y último día de paseos por Sucre ya que en el séptimo día estaba programado el viaje de regreso a Valencia desde Carúpano. Para mi este fue uno de los mejores días porque no tuvimos que despertarnos tan temprano como en los días anteriores debido a la cercanía de este balneario ubicado en la vía de Casanay con Carúpano. El bus salió del hotel a las 8 de la mañana aproximadamente y al llegar a Las Aguas de Moisés realizamos una parada para cancelar la entrada que actualmente tiene un costo de 500 Bs. por persona para luego disfrutar de sus hermosas instalaciones que incluyen una gran variedad de pozas de aguas mineralizadas con caídas de agua,  áreas verdes, restaurante, áreas para parrilla, un pequeño zoológico, entre otros. Para mi era la tercera vez que visitaba el balneario así que puedo decir que lo conseguí igual que hace 5 años cuando lo visité por primera vez y el año pasado cuando fui nuevamente, pero con la diferencia de que en esta oportunidad lo disfruté tanto o mas que la primera vez que estuve allí quizá porque era el último día de mi estancia en Sucre, tal ves porque de tanto bañarme en las frías aguas de Medina, Puy Puy, Mochima y Araya sentí que esas pozas eran las únicas que tenían una temperatura mas tibia y por lo tanto mas cómoda para mis gustos o, probablemente , porque mi amiga Karine quedó fascinada con aquel lugar. Como en las anteriores ocasiones recorrimos todo el sitio hasta llegar al final en donde hay una pequeña exhibición de animales. Mi amiga y yo decidimos comer unas deliciosas hamburguesas de pollo que venden en un local de pollo a la broaster dentro del balneario por un costo de 450 Bs. (la bebida se paga aparte) sin embargo, existe un restaurante para quienes desean otro tipo de comida que aunque los precios son algo elevados dicen que la comida es buena. Finalmente cuando ya eran las 4 de la tarde nos montamos en el bus para regresar al hotel, preparar las maletas y regresar nuevamente a retomar nuestras actividades de rutina en Valencia luego de haber saboreado la felicidad total recorriendo Sucre en una semana.
En las Aguas de Moisés.
















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lunes, 3 de agosto de 2015

Monumento Bicentenario Batalla de La Victoria.

El 12 de febrero del presente año y al conmemorarse 200 años de la Batalla de La Victoria se inauguró en el cerro La Juventud de la ciudad que fue escenario de esta batalla en el estado Aragua el Monumento Bicentenario Batalla de La Victoria el cual, se trata de una hermosa e imponente obra diseñada por el artista plástico Verde Alvarado que consta de dos monolitos que apuntan en su parte superior hacia el firmamento y con dos murales en cada uno elaborados en alto relieve representando el acontecimiento histórico de mayor importancia en La Victoria como lo fue la batalla que lleva el mismo nombre de esta ciudad del estado Aragua. El monumento se encuentra en el centro de una plaza en forma circular en la cima del cerro rodeado de lindas áreas verdes, un parque infantil, baños, un museo y las más hermosas vistas de La Victoria. Es un lugar ideal para realizar picnics, yoga, caminatas al aire libre, o sencillamente recrearse como lo hice yo en un paseo de domingo por la tarde que disfruté prácticamente hasta el anochecer. 
Algunas recomendaciones:
_Si va a realizar un picnic lleve todos los alimentos que necesite porque en el monumento no hay restaurantes, ni locales de venta de comida, ni bebidas.
_El lugar está abierto al público desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche, pero yo recomiendo ir en la tarde cuando ya se está ocultando el Sol porque en las mañanas las temperaturas son muy altas y el lugar no cuenta con suficiente sombra que nos proteja de los rayos solares además, después de las 5 de la tarde se pueden apreciar unos atardeceres muy lindos.
_Llevar una cámara fotográfica o un teléfono celular con cámara para inmortalizar la belleza del monumento, de las vistas de La Victoria y de los atardeceres.
Para llegar al Monumento Bicentenario Batalla de La Victoria se debe tomar la Autopista Regional del Centro, entrar por La Victoria, pasar el peaje y doblar en la primera esquina a la izquierda que se encuentra antes del arco de la entrada a la ciudad y luego en la primera cuadra también a la izquierda doblar y entrar por la misma hasta encontrarnos al final de esa calle con un portón vigilado por la Guardia Nacional Bolivariana. Si lleva vehículo particular le recomiendo dejarlo estacionado lo más cerca posible al portón porque aunque el lugar es tranquilo siempre es bueno poner en práctica ciertas medidas de seguridad.
Una vez que usted llega a la entrada en donde se encuentran los guardias puede subir el cerro a pie o tomando un bus que es totalmente gratuito hasta llegar al monumento y así disfrutar de las maravillas que este bonito sitio nos ofrece.