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viernes, 3 de enero de 2014

Iniciando el año en la playa.



Por cada año que se inicia se va incrementando un importante número de temporadistas que hacen de la primera semana del primer mes del año una de las de mayor movimiento turístico para venezolanos y venezolanas que viajan tanto por la geografía nacional como por fuera de nuestras fronteras.
Uno de los destinos mas visitados en ésta temporada del año es sin duda la playa y como en Venezuela tenemos variedades de playas para escoger y yo ya conozco un buen número de ellas me decidí por dos playas que están ubicadas en Ocumare de la Costa y que aún no había tenido la suerte de conocer, les hablo de playa Catica y La Ciénaga, dos paradisíacas playas que me hicieron tener otra opinión de Ocumare de la Costa debido a que anteriormente había estado en Cata y en Cuyagua y no me agradaron tanto éstas playas por su fuerte oleaje y como soy de las que prefieren playas con poco o nada de olas en ésta oportunidad si me agrado la también llamada Costa de Oro.
El primero de enero salimos desde el estado Carabobo mi hermano y yo a las siete de la mañana dispuestos a pasar tres relajados días en la playa y al llegar al pueblo de Ocumare nos dirigimos primero a la posada que ya habíamos reservado con anticipación a dejar algunas de nuestras pertenencias en la habitación y salir al muelle de la bahía de Cata para montarnos en la lancha que en cinco minutos nos llevaría a playa Catica por un precio de 50 Bolívares por persona. Desde éste muelle también salen lanchas para Isla Larga en el estado Carabobo además de otras bellas playas cercanas. La playa de Catica está situada justo frente a la playa de Cata, es pequeña, pero tiene todas las comodidades como servicio de restaurante, alquiler de mesas con sus cuatro sillas y su sombrilla por un precio de 150 Bolívares y, lo mejor de todo es que es ideal para niños por su poco oleaje además, en ella existe un monumento ubicado en un peñón en donde los visitantes gustan de tomarse fotos, sus aguas son cristalinas y su belleza es única.
Luego de haber pasado un relajante día en Catica retornamos mi hermano y yo a las 3:30 de la tarde en lancha al muelle de Cata en el cual pudimos notar que el volumen de vehículos estacionados y la cantidad de personas en la playa de Cata había aumentado considerablemente en comparación con la cantidad que observamos en la mañana cuando nos dirigimos a Catica y al ver que no quedaba un solo lugar en donde ubicarse en ésta playa decidimos volver otro día, ya que al llegar de Catica teníamos pensado permanecer un rato en ésta, pero pensamos que ante la situación de estar incómodos allí por el volumen de personas era mejor ocupar el resto de la tarde en otras actividades. Llegamos a la posada, nos dimos una ducha y salimos a pasear por el pueblo incluyendo su malecón, la verdad es que el pueblo de Ocumare en éstas temporadas altas parece una feria de pueblo con la cantidad de personas caminando de un lugar a otro y como en todos los pueblos costeros de Venezuela aquí se ve de todo y su malecón no podía ser la excepción que al compararlo con el malecón de Choroní o el de Chichiriviche que tienen el mismo movimiento de personas en temporadas altas, éste me pareció el mas sucio y el menos atractivo de todos, así que solo permanecimos una media hora allí y luego nos dirigimos al restaurente posada Los Nonos ubicado en la calle Vargas, # 49 de El Playón para comer unos deliciosos canelones con ricotta y espinaca y por supuesto disfrutar de un ambiente mas relajado que el del malecón. Éste restaurante si lo recomiendo con los ojos  cerrados y a pesar de que cuando llamé a su posada para reservar ya no había habitaciones también la recomiendo por toda la información que obtuve de ella en internet. Por ser temporada alta hay que reservar con bastante anticipación y aunque yo comencé a buscar hotel o posada desde el 20 de noviembre del año pasado se me hizo bastante difícil conseguir habitación porque ya en esa fecha estaban todos los hoteles y posadas del Playón ocupados sin embargo, encontré una habitación en una posada llamada Vírgen Del Carmen, nada lujosa, con un garaje capacitado para estacionar un máximo de cuatro vehículos, no posee restaurante, la habitación para dos personas muy limpia con su TV por cable, aire acondicionado y baño por un costo de 600 Bolívares la noche y, ubicado también el El Playón a una cuadra y media del restaurante posada Los Nonos. Además es atendida por su propio dueño quien es una persona muy educada y amable.
Catica.
En el restaurante Los Nonos.
Al siguiente día nos levantamos a las 6 de la mañana para tomar una lancha desde el embarcadero llamado La Boca y dirigirnos a La Ciénaga, una preciosa bahía de aguas calmadas y muy cristalinas con servicio de restaurantes, alquiler de toldos, alquiler de mesas, posada, entre otros, rodeada por las bellas montañas del Parque Nacional Henri Pittier aunque debo confesar que a pesar de que ésta playa es muy hermosa la conseguí bastante sucia en una de las zona en donde se encuentran los manglares, tanto es así, que mi hermano y yo primeramente decidimos ubicarnos allí, pero cuando nos percatamos de lo sucia que estaba esa zona de la playa nos ubicamos en otra parte mas cercana a el restaurante y a una posada cercana al mismo. Por lo menos ahí si estaba mas aseada la playa. El costo de la lancha por persona es de 150 Bolívares y el viaje tiene una duración de unos 15 minutos en el cual se puede apreciar un hermoso paisaje con diferentes tonalidades de azul en el mar y, aunque el mar es algo picado, vale la pena hacer éste paseo para llegar a la bahía mas bella del estado Aragua.
La Ciénaga.
El último día de nuestra estancia en Ocumare de la Costa decidimos visitar la playa mas concurrida de la Costa de Oro, les hablo por supuesto de Cata a la cual también nos fuímos bastante temprano al igual que los días anteriores porque ese mismo día nos regresaríamos a Valencia y como en temporada alta la playa se pone insoportable por la cantidad de gente que la visita, sobretodo después de las 10 de la mañana, nos quedamos solo unas dos horas ahí para poder partir temprano a casa sin agarrar tanta cola. Una de las cosas que mas disfruto hacer cuando voy a Cata es realizar una parada en el mirador que está en el camino para apreciar la preciosa vista de la bahía de Cata así que antes de llegar a ésta playa le pedí a mi hermano que se detuviera en el mirador y poder admirar una vez mas ésta espectacular vista de la bahía. Luego al llegar a la playa como el oleaje estaba muy fuerte yo ni siquiera me bañé. Solo aproveché mis dos horas de permanencia ahí para sentarme relajada frente al mar mientras mi hermano se bañaba y luego nos pusimos los dos a caminar un rato por la misma que es una actividad que también disfrutamos mucho hacer cuando visitamos cualquier playa que tenemos oportunidad de hacer. Finalmente retornamos a casa algo cansados, pero felices de haber disfrutado de un destino mas en Venezuela.
Vista de la Bahía de Cata.
Playa de Cata.








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