Ubicado en Caripe, entre los estados Sucre y
Monagas es un parque de abundante vegetación y variada fauna de la cual una buena
parte de ella habita en su famosa cueva, llamada la Cueva del Guácharo. Para
acceder a ésta cueva se debe cancelar una entrada por persona de 50 Bs., a los
niños menores de 5 años no se les permite la entrada a dicha cueva, las
personas deben entrar con un guía y en un grupo de por los menos 10 personas,
como el suelo es bastante pantanoso se recomienda utilizar zapatos adecuados
para recorrer la cueva aunque también existe la opción de alquilar un par de
botas de plástico por tan solo 10 Bs.
Ésta era mi segunda vez en la cueva del Guácharo
y en el recorrido recordé todo lo que hace 4 años observé dentro de la misma,
sus estalagmitas y sus estalactitas muchas de ellas en forma de animales,
personas o plantas que el guía nos va mostrando son su linterna en el interior
de la cueva, también se pueden observar los Guácharos volando dentro y su
particular cantar que en la medida en que uno va caminando más hacia adentro se
puede escuchar con más fuerza, pero muy a pesar de toda la belleza que la cueva
posee en su interior también debo confesar que en el camino hay demasiado
excremento de Guácharos logrando que el piso se ponga sumamente resbaloso y pantanoso
para quienes caminamos allí, así es que hay que caminar con mucho cuidado para
no resbalar además, es recomendable llevar un gorro o bolsa plástica en la
cabeza porque desde arriba cae el excremento de éstos animales situación que me
tenía bastante incómoda y que menos mal en mi cartera llevaba una bolsa de
plástico y me la coloqué en la cabeza para evitar éste tipo de accidentes. Por
otra parte no quise realizar el recorrido completo ni tampoco el grupo de
personas que andaban conmigo porque cuando ya habíamos caminado hasta bien
adentro teníamos que pasar por caminos más difíciles de transitar como subir y
bajar por algunas piedras resbalosas, así es que el guía solo nos preguntó si
deseábamos continuar y todos decidimos que no por lo tanto, nos regresamos y
eso sin tener presente que el olor a excremento nos tenía a todos incómodos.
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